En la era moderna, donde un estilo de vida impaciente, atropellado y saturado de estímulos, puede parecer una ventaja, la realidad es que altera nuestras funciones naturales y estas se encuentran antes o después en peligro.

 

 

Alguna vez te has preguntado: ¿saboreo la comida o la engullo?

 

 

Comer a toda prisa y en tiempos relativamente cortos en menos de quince, diez o cinco minutos, puede parecernos ventajoso, pero según demuestran Los investigadores de la Universidad de Hiroshima en Japón, podríamos sin saberlo, estar aumentando (entre otras afecciones) el riesgo de padecer síndrome metabólico: un conjunto de condiciones que aumentan el riesgo de enfermedad cardíaca, accidente cerebrovascular y diabetes

 En dicho estudio siguieron a 642 hombres y 441 mujeres durante cinco años, identificándolos como comedores lentos, normales o rápidos. Descubrieron que las personas que comían rápido tenían un 11,6 % más de probabilidades de desarrollar Síndrome metabólico.

 Otro estudio de más de 3.000 hombres y mujeres en Japón (donde es habitual estudiar el impacto de comer rápido) encontró que aquellos que comían rápido y continuaban hasta llenarse tenían tres veces más probabilidades de contraer sobrepeso que aquellos que comían más despacio.

 Así mismo, los investigadores en un estudio que incluyó a casi 8.000 personas descubrieron que una velocidad de alimentación más rápida, estaba relacionada (entre otros factores) con la presión arterial alta, el aumento de la grasa abdominal, y un nivel alto de azúcar en la sangre.

 Los expertos también añaden que comer más rápido puede producir más reflujo gástrico. Según un estudio de 10 personas sanas a las que se les pidió que comieran una comida de 690 calorías en un periodo de 5 o 30 minutos encontró que aquellos que comían más rápido tenían 12.5 episodios de reflujo en comparación con 8.5 en los que comían más lentamente.

 

 

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¿Y qué dicen los expertos sobre cuantas veces deberíamos masticar?

 

 

Pues, aunque no existe un número mágico de cuántas veces se debe masticar la comida antes de tragarla, masticar adecuadamente puede ayudarnos a evitar comer en exceso.

 Según afirma el siguiente estudio de China, el cual encontraron que las personas reducen su consumo de calorías en más del 10% si mastican la comida 40 veces en comparación con 15 veces. Y otro estudio, en el que a 30 mujeres jóvenes se les sirvieron grandes platos de pasta y se les pidió que comieran rápidamente, mostró que mientras consumían 649 calorías en nueve minutos, esto se redujo a 579 cuando se les dijo que masticaran la comida hasta 20 veces.

 Otro estudio publicado por la Universidad Kyushu de Japón, demostró que comer más lento inhibía el desarrollo de la obesidad.

 Una revisión de 23 estudios, publicada en el ‌International Journal of Obesity‌, encontró que comer rápido se asocia positivamente con un IMC (índice de masa corporal) más elevado y un exceso de peso corporal.

 

 

¿La causa?

 

 

Los científicos coinciden en que desde que empezamos a comer, nuestro estómago tarda unos 20 minutos en enviar señales a nuestro cerebro, indicando que estamos llenos. Al comer demasiado rápido con regularidad dificultamos nuestra capacidad de captar estas señales. Aumentando las probabilidades significativamente de ingerir en exceso y comer alimentos poco adecuados.

De hecho, un cuerpo de investigación, incluyo un estudio pequeño pero convincente, en el que las personas que comen más lentamente tienden a tener niveles más bajos de la hormona del hambre grelina y, como resultado, terminan ingiriendo menos alimento.

 “Es posible deducir que cuando alguien come rápido, no le está dando a su cuerpo la oportunidad de limitar la grelina, y esta continúa elevada, y por lo tanto quiere comer más”

 Cuando comemos demasiado rápido, tragamos más aire, lo que puede causar hinchazón y gases. Disminuir la velocidad para masticar más adecuada y lentamente los alimentos nos ayuda a descomponer las partículas más grandes de alimentos en otras más pequeñas, lo que ayuda a la digestión.

 

A la hora de comer, debemos permitir a nuestro cuerpo experimentar con tranquilidad ese gozoso momento.

 

El proceso digestivo está controlado por hormonas, y esas hormonas necesitan tiempo para reaccionar antes de que nuestro cerebro pueda reconocer todo lo que está sucediendo.

 Masticar más veces también ayuda a aumentar el flujo de sangre del estómago y del intestino, mejorando la digestión

 ya que esta última en realidad comienza con las enzimas presentes en la saliva dentro de la boca. Y será más fácil para nuestro cuerpo digerir por completo trozos más pequeños de comida.

 

 

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Los estudios demuestran que, en lugar de comer a toda prisa, disminuir la velocidad con la que nos alimentamos, puede ayudarnos a consumir opciones más saludables y en cantidades más adecuadas;

 

 

 

 

Además de que cultivaremos una relación sana con la comida. Esa relación comienza al permitir que nuestro cuerpo se ajuste a la comida que estamos a punto de comer.

Comer rápidamente reduce la precisión de cómo nuestro cerebro almacena los recuerdos de los alimentos consumidos. Estos recuerdos en la memoria juegan un papel fundamental a la hora de determinar cuánto comemos en nuestra próxima comida. Por lo tanto, comer rápido en el desayuno o almuerzo puede conducir a comer más en la cena”.

 

Si comer rápido apaga las señales naturales de saciedad de nuestro cuerpo, entonces corremos el riesgo de perder el contacto con estas señales naturales de hambre y saciedad.

 

Con el tiempo, es posible que empecemos a olvidar estas señales innatas y terminemos confiando en nuestro estado emocional para decidir cuándo y cuanto comer, cayendo presos de algunos problemas comunes que nos conducen (entre otros) a sufrir de diabetes, presión arterial, problemas de apnea del sueño, síndrome metabólico etc.

 

 

 

 

CONCLUSIÓN

” Existen muchas razones para tomarnos nuestro tiempo tranquilamente con las comidas. Disfrutarlas y sacarles el máximo partido “

Comer más despacio nos puede ayudar principalmente a:

Mantener un índice de masa corporal saludable

Favorecer nuestra digestión

Prevenir el desarrollo del síndrome metabólico y otras afecciones

Disfrutar de un estilo de vida saludable a largo plazo

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BIBLIOGRAFÍA

1.Eating Speed and Incidence of Diabetes in a Japanese General Population: ISSA-CKD.2018 Jul 11

2.Self-Reported Eating Speed Is Associated with Indicators of Obesity in Adults: A Systematic Review and Meta-Analysis. 2021 Nov 16

3.Slow Down: Behavioural and Physiological Effects of Reducing Eating Rate. 2019 Jan

4.Association between self-reported eating speed and metabolic syndrome in a Beijing adult population: a cross-sectional study. 2018 Jul 11

5.Association between eating rate and obesity: a systematic review and meta-analysis. 2015 Nov

6.Improvement in chewing activity reduces energy intake in one meal and modulates plasma gut hormone concentrations in obese and lean young Chinese men. July 2011

7.The joint impact on being overweight of self reported behaviours of eating quickly and eating until full : cross sectional survey. October 2008

8.Heartburn