HISTORIA DEL AYUNO

El ayuno con fines espirituales se practica ampliamente y sigue siendo parte prácticamente de todas las creencias principales de la humanidad.
Jesucristo, Buda y el profeta Mahoma (entre otros) compartían una convicción común en su capacidad curativa. En términos contemplativos, normalmente se le llama limpieza o purificación. Aunque en la práctica equivale a lo mismo.

El ayuno se desarrolló de forma independiente entre las diferentes creencias y culturas como algo que era profunda y esencialmente favorable para el cuerpo y el espíritu humanos.
En el budismo, por ejemplo, es habitual que la comida se consuma por la mañana y los practicantes ayunen desde el mediodía hasta la mañana siguiente todos los días.

En las civilizaciones del pasado, era habitual ayunar para preparar a las personas, especialmente a los sacerdotes y sacerdotisas para acercarse a las deidades. En las prácticas helenísticas (culto a deidades que una vez fueron mortales), se creía que los dioses revelaban sus enseñanzas divinas en sueños y visiones sólo después de un ayuno que requería la dedicación total de los devotos. Entre los pueblos precolombinos del Perú, el ayuno era con frecuencia uno de los requisitos de expiación después de que un individuo había confesado sus pecados. En otras muchas culturas, ayunar se consideraba un medio para calmar a una deidad enfadada o para ayudar a resucitar a una deidad que se creía que había muerto (por ejemplo, un dios de la vegetación).

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En algunas tribus de nativos americanos, el ayuno se practicaba antes y durante la búsqueda de una visión. Entre los evenk de Siberia, los chamanes (personas que se dice que tenían la habilidad de obtener poder a través de las fuerzas de la naturaleza, para mediar entre el mundo ordinario y el de los espíritus) a menudo recibían sus visiones iniciales no como una búsqueda, sino más bien después de una enfermedad inexplicable. Sin embargo, después de la visión inicial, ayunaban y se entrenaban para tener más visiones y conectarse con los espíritus. Históricamente, las sociedades de sacerdotes entre los indios del suroeste de Estados Unidos ayunaban durante los retiros previos a ceremonias importantes relacionadas con los cambios estacionales.

En el jainismo, por ejemplo, ayunar según ciertas normas prescritas y practicar ciertos tipos de meditación conduce a trances que permiten a las personas disociarse del mundo y lograr un estado trascendente. Algunos monjes budistas de la escuela Theravada ayunan como parte de sus prácticas de meditación. En la India, los sadhus (hombres santos) hindúes son admirados por sus continuos ayunos personales por diversas razones.

El judaísmo, que integró muchas leyes y costumbres dietéticas, respeta varios días de ayuno anuales, principalmente en días de penitencia (como Yom Kipur, el día de la Expiación) o de luto. El cristianismo, particularmente el catolicismo romano y la ortodoxia oriental, ha observado un período de ayuno de 40 días durante la Cuaresma, otro de penitencia primaveral antes de Pascua, y durante el Adviento en Navidad, que es la preparación para el nacimiento de Cristo. Entre los católicos romanos, la práctica se ha modificado desde el Concilio Vaticano Segundo (1962-1965) permitiendo una mayor elección individual, con ayuno imprescindible sólo el Miércoles de Ceniza y el Viernes Santo durante la Cuaresma. Las iglesias protestantes generalmente permiten la decisión de ayunar a los miembros individuales de la iglesia. El mes de Ramadán en el Islam es un período de penitencia y ayuno total desde el amanecer hasta el anochecer.
El profeta Mahoma también animó la práctica del ayuno los lunes y jueves de cada semana

 El ayuno como forma de protesta

El ayuno también ha sido utilizado para expresar opiniones sociales y políticas, especialmente como gesto de protesta o solidaridad. El ejemplo clásico de esta visión lo dió Mahatma Gandhi, quién a principios del siglo XX realizó un ayuno en prisión para expiar los actos violentos de sus seguidores que no practicaban sus enseñanzas de satyagraha (no violencia) contra la tiranía británica en la India. Posteriormente, Gandhi ayunó con frecuencia en pos de objetivos similares, incluida la eliminación de las discapacidades impuestas por el gobierno a los intocables (según las creencias hindúes son personas que nacen destinadas a una vida de marginalización y exclusión).

El ayuno se ha practicado con frecuencia en protestas contra la guerra e injusticias de toda índole, como en los ayunos del comediante negro estadounidense Dick Gregory de la década de 1960 en protesta contra la violación de los derechos civiles de los indios americanos y contra la invasión militar estadounidense en el sudeste asiático. En 1981, diez nacionalistas irlandeses murieron en una prisión de Belfast durante una huelga de hambre llevada a cabo para exigir el reconocimiento de ellos mismos y de sus asociados como presos políticos.

 Sin darnos cuenta, en la hora del desayuno (para los que lo realizan), o en la comida, rompemos diariamente ese periodo en el que no ingerimos ningún alimento sólido o líquido. Así que, nos guste o no, ya forma parte de nuestra vida cotidiana y por lo tanto, podemos afirmar que el ayuno es verdaderamente una costumbre que ha desafiado la prueba del tiempo.